El D.R.A.E. establece:
gandaya1.
1. f. tuna
(‖ vida libre y vagabunda).
En el periódico La Jornada analizan su origen:
"La primera documentación literaria de esta palabra en
castellano con el sentido de “ociosidad y bribonería” se remonta al año de
1646, en la novela picaresca tardía del Estebanillo, pero la acepción de
“redecilla para recoger el cabello” no aparece sino hasta la edición de 1817
del Diccionario de la Academia. El antecendente inmediato del castellano
gandaya y, como veremos al final, del portugués gandaia y del gallego gandaina
es la voz catalana gandalla, que proviene, a su vez, del occitano antiguo
gandir y ésta del gótico wandjan. La voz catalana gandalla significa “especie de
redecilla para el cabello, tuna, vida holgazana”, probablemente porque los
bandoleros catalanes de los siglos XVI y XVII llevaban el cabello recogido con
gandall o gandalla, una especie de cofia de uso frecuente desde el siglo XV [...].
En el teatro catalán suele representarse al antiguo
bandolero cubierto con gandalla, pues esta precaución le era muy útil a quien
tenía que andar huyendo o desplazándose rápidamente entre bosques o maleza. Los
grandes lexicográfos Joan Corominas y José Pascual ven natural que se derive la
acepción del siglo XVIII, “vida airada, vida holgazana”, de la gandall o “red”
del siglo XV por ser característica de los bandoleros catalanes que atrajeron
la atención de varios clásicos castellanos, como vemos en las comedias de Tirso
y de Lope con el Catalán Serrallonga,
por ejemplo, o con Roque Guinart en El Quijote y en La Cueva de Salamanca, además de
que la palabra misma bandolero fue también un catalanismo de esa época. No ven
tampoco dificultad en que la terminación alla se haya trocado en aya.
La constelación de sentidos de wandjan, gandir y gandalla en
el gótico, el occitano y el catalán revelan, pues, el amplio espectro que puede
adquirir gandaya en el castellano a propósito de bandolero, fugitivo, tortuoso,
torcido, elusivo, vagabundo, bribón, holgazán […] En portugués gandaia significa
“tuna, vida holgazana, tunería”, y la expresión andar a gandaia significa
“vivir en la ociosidad”. Pero en esta lengua se añade otro sentido a nuestra
vieja palabra: “búsqueda de objetos de algún valor en la basura”, lo que
conduce a que el derivado verbal gandaiar (muy cercano, como puede verse, al
que empleamos en México) signifique, además de “holgazanear” “buscar objetos de
algún valor entre las basuras”, lo que a su vez confiere al gandaia o al
gandaieiro un sentido más amplio que el del trapero […]. Pero en portugués el
gandaieiro presenta otros datos interesantes: por un lado, se aproxima en
sentido a la voz árabe gandür, “parásito, hombre de mala vida”, que en
castellano ha pasado como gandul y en portugués como gandulo conservando ambas
el sentido de “holgazán, haragán, perezoso, vagabundo, ocioso” y que algunos
lexicógrafos han propuesto alguna vez, equivocadamente, como origen de nuestra
voz gandaya. Pues bien, gandaieiro en portugués también significa “pillo,
truhán, tunante”, lo que señala ya un “bandido de baja estofa”, un “ladronzuelo
que roba por ocasión, cuando no busca objetos de valor en la basura”, sentido
muy diferente del gandalla catalán del siglo XV y XVI que Cervantes retrata con
gran dignidad en el capítulo LX de la Segunda Parte de El Quijote"
Sinónimos, por tanto, pueden ser: buscavidas, maleante, malevo, truhán, bandolero o pendenciero.